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VALE LA PENA DEFENDER EL AMOR, LA LIBERDAD Y LA ESPERANZA
El salón-comedor


 


Amar y luchar.

Existe en nuestras casa un lugar donde aprendemos a luchar como gladiadores y a querernos como enamorados; ese lugar es el salón-comedor. Amar y luchar no son palabras enemigas, pues no se puede amar algo sin querer luchar por ello y no se puede luchar sin un motivo intenso por el que hacerlo, como decía Chesterton.

 

El salón es el espacio en donde vivimos, donde pasamos más tiempo juntos toda la familia; es, en efecto, el lugar menos privado de toda la casa. Es el lugar donde acogemos a los otros, y les damos un espacio en nuestra vida, donde nos encontramos y luchamos, leemos, cantamos, comemos, bebemos, contamos historias, vemos películas y competiciones deportivas.

 

La historia de la familia se construye en este espacio habitable, donde hay una mesa para comer juntos y un sofá donde sentarnos confortablemente. Esta sala habla de nuestra historia familiar, de los momentos felices, de los viajes, y lo documenta en las fotos, y los objetos que conservamos como tesoros.

 

Al mismo tiempo, este lugar común de nuestro hogar evoca un espacio de intimidad, comodidad y, a veces, de seriedad, pues ahí compartimos decisiones, nos acompañamos en momentos de dolor familiar, leemos noticias de periódicos e informativos que nos conectan con el mundo. A menudo, en acaloradas discusiones familiares, políticas, y deportivas, la sala se convierte en un campo de batalla o en un parlamento. Pero, es a la vez una escuela de diálogo, donde aprendemos a escuchar y defender nuestros puntos de vista, y, a alargar nuestra visión del mundo; es el lugar donde nos ayudamos a romper el egoísmo y entendemos algo más allá de nuestros propios problemas.

 

Al salón de nuestra casa, hay que invitar a hombres y mujeres que tienen el gusto por vivir, con los que poder tener largas y sabrosas conversaciones o ver buenas películas, escuchar bella música o leer libros interesantes, que nos enseñan a pensar y, sobre todo, que nos hagan más amigos de las preguntas que de las definiciones.

 

La lucha contra la mentira es el escudo nobiliario de un buen salón y de una familia que tiene raíces, por este motivo, esta sala se convertirá en campo de batalla permanente de una guerra en que vale la pena participar, para defender el amor, la libertad y la esperanza.

Sala da familia. Pietro Mimmi, 6 anos. Rio de Janeiro/RJ

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